Sabía que la Luna no iluminaría aquella fría y oscura noche, lo que hacía más solitaria la espera. Acababa de comprobar que los efectos de una tormenta solar de gran magnitud podrían impactar sobre nuestra magnetosfera. Así que las condiciones eran perfectas. Solo tenía que mantenerse despejado el tiempo suficiente.
La impaciencia me devoraba mientras veía como comenzaban a verse nubes que entraban desde el Atlántico. Después de esperar durante días a que la meteorología me diese una tregua en el sur de Islandia, todo podía irse al traste.
Estaba a punto de abandonar, cuando de forma repentina el cielo se vio iluminado por un gigantesco neón de cientos de kilómetros de longitud, que se extendía de un lado al otro del horizonte. Una intensa luz en constante movimiento, retorciéndose sobre si misma, como la estela de un gigantesco dragón verde. El espectáculo era de tal intensidad y tan inabarcable, que no sabía por donde empezar. Por suerte había estado buscando localizaciones y encuadres antes de que se pusiese el Sol eso me ayudó a reaccionar con rapidez, porque el momento de mayor intensidad solo duró escasos minutos.
La aurora boreal es uno de los fenómenos naturales más sorprendentes que se pueden observar en la naturaleza. Que el viento solar excita las capas altas de la atmósfera mientras es guiado por el campo magnético de la Tierra, puede suponer una explicación científica muy lógica, pero cuando se tiene la oportunidad de observar una de esta intensidad, os puedo asegurar que no hay razones que valgan. Contemplándola es fácil entender como en la antigüedad se le atribuía un origen mágico y espiritual.
La intensidad de la luz del norte está a merced de los ciclos de actividad solar, uno de los cuales se repite cada 13 años. Esta ha sido la primera vez en la historia que la tecnología nos ha permitido fotografiar este fenómeno con la calidad y la libertad creativa suficiente para realizar imágenes más allá de una intención meramente descriptiva. Gracias a esto pude introducir un primer plano en una foto nocturna, creando un paisaje con la aurora de fondo sobre el glaciar. Aún así, no creo que haya ninguna imagen que pueda transmitir todo el impacto emocional que puede provocar la visión de las luces del Norte.
Muy buenas luis, el resultado del cielo es impresionante, parece q se retuerza sobre si misma, tiene una fuerza asombrosa la imagen, el formato vertical perfecto,saludos campeón.