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Until 20:45 on March 19, 2021 the Geldigadalir valley was a quiet place in the shadow of Fagradalsfjall. The earth chose that time and date to split open and let molten rock gush out in an overwhelming spectacle. Thousands of earthquakes shook the Reykjanes peninsula in an orchestrated prelude to the eruption, until the ground gave way to the uncontainable magmatic pressure.
In the days that followed, as many as six fissures opened, but soon fissure number five began to predominate over the others, becoming the main mouth, covering the nearest valleys with lava and changing the landscape forever. For a moment, the geological scale was reduced to the size of a human life.
For a landscape designer it is a dream to be able to contemplate how the orography is transformed in a matter of days or even hours. With that premise in mind, I took thousands of photographs from the ground and more than forty drone flights over two weeks, in various weather and light conditions, to portray the volcano from different points of view as another element of the landscape, evolving and transforming it. Rivers of molten rock, fog, clouds, gases and textures of solidified lava are the protagonists of these primordial scenes.
This image has been included in the shortlist Landscape – 2022 Open competition of the Sony World Photography Awards.
Versión en español
Hasta las 20:45 del 19 de Marzo del 2021 el valle de Geldigadalir era un lugar tranquilo a la sombra del Fagradalsfjall. La tierra eligió esa hora y esa fecha para abrirse en canal y dejar que manase roca fundida en un espectáculo sobrecogedor. Miles de terremotos hicieron vibrar la península de Reykjanes en un orquestado preludio de la erupción, hasta que el suelo cedió a la incontenible presión magmática.
En los días posteriores se abrieron hasta seis fisuras, pero pronto la número cinco comenzó a predominar sobre las demás, convirtiéndose en la boca principal, cubriendo de lava los valles más cercanos y cambiando el paisaje para siempre. Por un momento, las escala geológica se redujo a a la medida de una vida humana.
Para un paisajista es un sueño poder contemplar cómo se transforma la orografía en cuestión de días e incluso horas. Con esa premisa en la cabeza realicé miles de fotografías desde tierra y más de cuarenta vuelos de dron a lo largo de dos semanas, en variadas condiciones atmosféricas y de luz, para retratar el volcán desde diferentes puntos de vista como un elemento más del paisaje, evolucionando y transformándolo. Los ríos de roca fundida, la niebla, las nubes, los gases y las texturas de la lava solidificada son los protagonistas de estas escenas primigenias.
Esta imagen ha sido incluida en la shortlist Landscape – 2022 Open competition de los Sony World Photography Awards